martes, 20 de septiembre de 2011

Lo real

¿Quién escribe esto? Yo ¿Quién soy yo? Tengo la certeza de que yo, soy yo, por el simple hecho de serlo. Sé que existo, soy real. Yo soy la conciencia que tengo de ser yo. Soy la voz que habla en mi cabeza mientras escribo estas palabras. ¿Qué es esa conciencia? ¿Qué es ser? Existir es más relativo de lo que parece.
Con esto quiero introducir mi último pensamiento acerca de lo real de las cosas. Yo soy yo, tengo la absoluta certeza de que la materia que me forma existe y ocupa este espacio, soy yo y existo, soy real. Cualquiera que lea esto conociéndome pensará que es una tontería, "claro que existes, te vi esta misma mañana". Me gustaría preguntaros una cosa: ¿Como tenéis la certeza de que no desaparecí, que no me esfumé, que no me he volatilizado en estas horas? Efectivamente no lo sabéis, lo cual hace que pueda existir en este momento, o igual no. Esto me confiere la capacidad de no ser real a vuestros ojos, pero a los míos, sigo siendo perfectamente real. Esto quiere decir, en resumen, que yo existo pero al mismo tiempo no. Esto se parece mucho al experimento del gato de schrödinger, ¿verdad? prácticamente hasta ahora es lo mismo.
Bien entendido este pequeño razonamiento, me gustaría avanzar un poco más. No solo yo no soy real, si no todo lo demás también. Evidentemente, tú, amigo que lee esta reflexión, estás mirando una pantalla real, la materia en ese lugar existe, lo que sientes, lo que se te pasa por la cabeza, tu piel y tus ojos, existen y están ahí, pero, para mí, todo eso es irreal, no existe, en el periodo de tiempo en el que existe para tí, para mí solo existe mi propia pantalla, mis manos, el pensamiento de una figura parecida a la percepción que tengo de ella delante de un ordenador y la mujer de la limpieza que ha pasado por mi lado. Tu casa, tu ciudad, tu habitación, no existen, solo queda de ellas una leve imagen en  mi imaginación. Si en cierto momento yo pasara por allí, viera todo aquello, pasaría a existir, pero solo el tiempo que yo paso por allí. No sé si se  me entiende bien pero quiero sacar un par de conclusiones en claro de esta confusa reflexión.
Solo existe lo que sabemos, saber algo lo convierte en real. Hay muchas maneras de saber y muchas maneras de existir, si yo sé que estás conectado en el tuenti porque me lo cuentas, existe una persona en  mi mente sentada en un ordenador distinta de la que existe para ti, pero para mí la que tu piensas no es real, es real la que pienso yo. Si sé porque alguien me enseña las leyes de la física, existen, hasta entonces, solo existe lo que sé: no existe la gravedad porque no sé lo que es, pero existe el golpe que me daré si me tiro, porque sé que ocurrirá aunque no sepa qué es la gravedad y sigue siendo real. Al fin y al cabo, cuanto más sé, más real es el mundo y el universo, o al menos sé porque es real. El único inconveniente es que,  como ya dijeron en su día, no sé nada.
La segunda conclusión que quiero sacar es que el ser humano vive normalmente en una sociedad que lo educa para no pensar en la muerte. No pensamos que nos vamos a morir, seguimos un ritmo de vida que solo se centra en eso, la vida. Si pensáramos a cada rato y tuviéramos presente a nuestra amiga la muerte, muchas cosas cambiarían en nuestra manera de ver las cosas. Pero todo da igual. Muchos se preguntan qué pasará cuando llegue la muerte. Cuando llegue la vuestra no lo sé. Solo sé que el mundo, mi casa, mis amigos, las cosas que defino como reales, están puestas ahí para mi, son solo reales para mí. Así que, si no me he explicado mal, vuestra muerte o vida poco importan porque cuando yo muera, dejaréis de ser reales, y lo mismo podéis decir vosotros de todo el mundo.