miércoles, 25 de abril de 2012

Un piano que pide perdón

Encontré la razón en un vaso que había encima de mi guitarra, y se me escapó de las manos con el primer acorde que cantó tu sonrisa. Ahora busco whisky en cada escenario donde nadie me escucha y solo tú me oyes, donde mi guitarra llora desafinada porque ha perdido una canción. 
Recordé una noche de Sábado como huele tu recuerdo, buscando entre una multitud vacía de música el color de un sueño en blanco y negro que interpreta todo mi silencio en clave de sol. Llovían lágrimas como notas clavadas en mi música, que agoniza en cada cuerda del piano que compuso por mí la canción que nunca interpreté con los ojos abiertos, y tras soñarla olvidé las teclas que me hacían soñar. La melodía de fuego y alma corrió a decirme que lo había encontrado, y sin que yo lo viera lo estaba cantando mi guitarra, mientras el fuego la consumía y el alma moría en el whisky del bar donde todos te oyen y solo yo escucho el piano que suena en el fondo de mi vaso pidiendo perdón.