lunes, 28 de diciembre de 2015

Apaguen la luz

Quizás sea en realidad un miedo atronador lo que nos acoge cuando decidimos mirar la vida en una foto por si no la volvemos a ver. Puede que sea temerario apilar las fotos en cajones de recuerdos de un Martes por la tarde, cuando después de la siesta nos tomamos un café sin constancia de estar viviendo. Me pregunto de mes a mes si en realidad es bisutería toda la parafernalia con la que decoran esos novelistas por horas sus rutinas. A lo mejor la realidad ha crecido más de la cuenta, pero hoy no consigo distinguir entre los recuerdos de mañana y los minutos de publicidad de una serie sin protagonista las gotas de lluvia que nos mojaban cuando solíamos quedarnos en casa por si llovía.

Este territorio inhóspito en el que habitan sueños, historias y cervezas de todos los días solo puede salvarse cuando al frío lo venza un nudista con sombrero, cuando al viento lo asesine una hoja de papel a medio escribir, o cuando a la soledad la encarcele un perro ex-policía callejero.

Es ahora cuando pienso que no sé en qué pensar si no es de noche. Es ahora cuando empiezo a despertar, tras leer un cartel en las estrellas: "apaguen la luz, que ya va a empezar todo".

D. Caro

domingo, 20 de diciembre de 2015

Levad anclas

Con mis falsas esperanzas rotas en una negligente madurez prefabricada, miro a mi pasado sin ver el presente que me echaron unas cartas de poker cuando, entre cerveza y resaca, tratábamos de leer el futuro. Si bien vuelvo a coger el papel y desenvaino lapices de sentimientos escondidos en madera, sueño con aquel yo que se desangraba a sí mismo en cada hoja, escondiendo sentimientos en anagramas mal compuestos que dejaban ver a plena luz su alma. Mi compromiso irrevocable con la mediocridad no me ha traído más lejos que al sitio del que partía, y aun no veo puerto entre miles de faros que pasaban por ser estrellas, reflejos procedentes de errantes sin rumbo en el mar de las dudas, retratos de grandes tortugas marinas nadando en el éter que sostiene nuestros mundos, el vuestro, el mío, el de mi yo que no conozco y el de mi yo que quiere conocerme. 

Comienzo esta noche un pacto honrado con mi sino por darle un lugar confortable en mi mente sobre el que descansar, mientras espera a que mis manos y yo lleguemos hasta él escribiendo otra adivinanza sin solución. Empiezo hoy a preguntarme qué es mentira, como solía hacer cuando no sabía la verdad. Cuando estas palabras torturaban a mi cuerpo a base de impulso y de rabia, de luz y de espejos que se rompían al chocar con la contradicción, y me sabía más cerca de abandonar la incertidumbre a medida que leía la ignorancia que dejaban mis noches tras de sí. 

Este será a partir de ahora mi lugar de culto, donde la única premisa válida es que todo lo arriba expuesto no es válido más que en la primera forma en la que llegó a tus ojos. Este será ahora mi escondite para mostrarme todo lo que me escondo cada día ante la vista de todos. Este oscuro pequeño mundo escrito, reaparece ante mis ojos tapados con la venda de un mercado de tinieblas. Este es mi nuevo diario en la travesía que empiezo hoy hacia un lugar al que me gustaría volver, un lugar en el que nunca he estado, un lugar con el que sueño cuando duermo en él, y sé que el viaje, merecerá la pena. 

¿Vienes?

D.Caro